Esteban Torres Cobo

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El producto Musk

En palabras criollas y contemporáneas, Elon Musk es un capo . Así lo describiría cualquiera.

Es que para que seas la inspiración del superhéroe más popular de los últimos años (el genial Iron Man interpretado por Downey Jr.) tienes que ser, necesariamente, un capo. 

Tienes que haber fundado PayPal (pago por internet) y hoy dirigir y manejar Tesla Motors (superautomóviles eléctricos), SpaceX (cohetes espaciales) y SolarCity (suministro de electricidad), entre otros. ¡Ah! y tienes que haber creado las primeras baterías eléctricas de uso masivo para el hogar (Tesla Powerwall), fabricadas en la primera megafábrica/producto: la Gigafactory.




¿Sorprendente no? Más aún cuando te enteras que sólo tiene 43 años y que con sus cohetes y naves quiere ganarle a la NASA en llevar a los humanos a Marte por primera vez. Con esos antecedentes hasta Steve Jobs queda en pañales frente a él. 

Y es que como el de las computadoras Apple, Elon Musk es el gran producto norteamericano: el emprendedor visionario de alcance global. 


Y yo no sé si a ustedes les pasa que, cada vez que sale un tipo como estos, se preguntan por qué sí en los Estados Unidos y por qué no en Europa, en Asia o en Ecuador. 

¿Qué tiene el gigante del norte que no tiene ningún otro país del mundo? Y no me refiero únicamente a recursos o infraestructura sino a aquella fuerza rara (sospecho yo) que le dice a un norteamericano o inmigrante avispado: “aquí se puede todo, y en grande”. 

Porque Estados Unidos es de lejos, y con Musk a la cabeza, el mayor productor de innovación y riqueza en el mundo.

Yo no sé si son sus universidades, su Constitución, sus libertades (a medias) o tantos años de grasa McDonald´s en las arterias, pero lo cierto es sólo allí pueden florecer genios exitosos como Musk. 

Ni en China, ni en Rusia o en Bielorrusia; la cocina de la innovación está ahí, más al norte.

©Artículo publicado en el Diario el Heraldo (domingo 17 de mayo de 2015)