Esteban Torres Cobo

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Cómo extraño los casinos

Los casinos legales desaparecieron del Ecuador. Se fueron junto a las corridas de toros y a las peleas de gallos en una consulta popular que preguntó, además, temas sobre medios de comunicación y bancos, la no afiliación al IESS como delito, reformas a la prisión preventiva y, sobre lo más importante: la famosa “metida de mano” en la justicia (frase exacta mencionada por el propio gobierno).

Sí, sobre eso se nos consultó a los ecuatorianos el 2011. Y, confundidos o no, muchos votaron a favor de que se modifique todo, confiando ciegamente en su gobierno. Aparte de dar un cheque en blanco para mover las fichas de la justicia, una mayoría también nos quitó a muchos la posibilidad de ver corridas de toros en la feria de Quito, de ver peleas de gallos en grandes arenas y de, por supuesto, ir a los casinos a jugar esas noches de viernes donde escaseaban planes más interesantes.

Sobre los toros existieron excepciones, claro está. Al ser esa pregunta de carácter cantonal, felizmente Ambato y otras ciudades más se negaron a prohibir los festejos y eso es algo que hasta ahora nos llena de orgullo a los ambateños.

Lo de los casinos sí fue otra historia. Para jugadores light como yo, que ganaban o perdían poquísimos dólares y que se movían más entre los bocadillos gratuitos que entre las grandes mesas de póker, se acabó el cuento. Ya no más blackjack ni apuestas al 23 en la ruleta central. ¡Arrivederci!…¡c'est fini!

Gracias a la consulta popular, mi única opción si quisiera jugar serían los aburridos y tediosos sitios web de apuestas o los casinos clandestinos de alta gama que muchos dicen que funcionan en la capital (ojo, que muchos dicen que funcionan, no es que yo sepa algo…en serio…mejor mantengan el secreto y avísenme si encuentran uno).

Todo esto me ha venido a la mente, queridos amigos, porque no concibo que antes se nos haya preguntado por éstas nimiedades (toros, casinos y gallos) y hoy no se nos pregunte por la reelección indefinida. ¿Qué somos, marionetas?

©Artículo publicado en el Diario El Heraldo (martes 4 de noviembre del 2014)