Obama y su jugada maestra
Más que una apertura por parte de los Estados Unidos, el fin
del embargo a Cuba es, en realidad, una jugada maestra de Obama. Diría yo, es una
impecable movida política contra los republicanos, ejecutada en un momento determinante.
Su declaración pública ya ha logrado la aprobación del mundo y alcanzará algo impensable con la mayoría republicana presente en el Congreso y en el Senado: la división.
Su declaración pública ya ha logrado la aprobación del mundo y alcanzará algo impensable con la mayoría republicana presente en el Congreso y en el Senado: la división.
A pesar de que parte de la misma todavía tiene que pasar la
aprobación de las cámaras, su tratamiento acentuará el fraccionamiento entre
republicanos moderados y radicales poniéndoles en evidencia frente a la opinión
pública.
Sino, piénselo, ¿cómo podrían bloquearla, cuando en ella incluso han
trabajado personalidades altamente populares como el Papa Francisco? No es
rentable oponerse, mucho menos cuando la precampaña se enciende con las
primarias del 2015 y la pelea presidencial del 2016.
Para Obama es un ganar-ganar. Si consigue la aprobación unánime
de los legisladores demostrará que no es un presidente inútil y logrará, en
algo, mejorar su malhadado legado. En cambio, para los republicanos es una
encrucijada peligrosa que rodará cabezas y posicionará claramente los dos
bandos del partido.
Lo lamentable es que no sólo para Barack ha sido una
decisión ganadora, sino también para los nefastos dictadores Castro. La
geriátrica élite que gobierna la isla ha logrado una fenomenal victoria sin ceder posiciones. Curiosamente, la decisión del gobierno norteamericano no ha
contemplado ni ha condicionado temas sobre libertades políticas, de comercio o
de expresión…nada. Raúl, Fidel y sus secuaces seguirán campantes en el terruño anacrónico que hace tiempo construyeron para su goce y control personal.
Estarán gustosos, por ejemplo, de que Cuba ya no sea
considerada terrorista y de que más dinero les llegue (ahora que Venezuela se
secó), pero no cederán una sola posición política y prepararán la continuidad.
Si han sido tan astutos durante cincuenta años, no duden que sabrán acoplarse y
sobrevivir. Faltarán años, incluso décadas para que el recambio final se dé. ¿O
de verdad creen que un poco de capitalismo sin armas tumba dictaduras? Ha
ganado Obama, pero también los Castro.