Esteban Torres Cobo

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Optimistas bien formados

No hay duda que al Ecuador se le ha juntado todo lo malo este año. 

Posible erupción del Cotopaxi y venida del Fenómeno del Niño, fuerte crisis política interna, enfriamiento de nuestro seudo socio chino, pocos ahorros y, lo peor de todo, baja del petróleo -se prevé su precio en el rango de los veinte dólares por los siguientes dos años. 

Algunas cosas nos las esperábamos pero otras si que han llegado de sorpresa.

Podríamos comparar nuestra situación con la del pobre individuo desprevenido al que le suena la alarma de emergencia mientras descansaba relajado en el inodoro de su casa. 

Un ejemplo clásico, solo que, en este caso, la emergencia resulta ser el hundimiento del Titanic y nuestro malaventurado amigo tiene la profesión de violinista.

Por si Usted es una de las cuatro personas que no ha visto esa película, le recuerdo que los violinistas acompañan al famoso barco al fondo del mar. Y no, no se sospecha que fueron a buscar peces fosforescentes sino que probablemente fueron devorados por ellos.

Pero no se todo se trata de ser pesimistas sino mas bien optimistas bien formados, como decía el escritor Antonio Gala. 

Ya escuchó bien: optimistas bien formados, así que póngale alegría y ánimo que de esta salimos. Y si no me cree es porque es un iluso y un vendepatrias. 

¿O no escuchó que el gobierno ya abrió los brazos a la inversión extranjera y de yapa también dio confianza a los productores nacionales? ¿O que definitivamente retiró los proyectos de herencia y plusvalía y que no los presentará nunca más?

Tenga confianza, ¡esa es la varita mágica! Basta el solo anuncio cuando el agua nos llega al cuello para salvar todo. 

No importa que durante ocho años hayamos hecho todo lo contrario. Con éste llamado verá que vienen fábricas y plantas de producción por montones. ¡Es así de fácil! Iluso...

Artículo publicado en el Diario El Heraldo (domingo 20 de septiembre de 2015).