Esteban Torres Cobo

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Falacias sobre el dinero electrónico

No hay que engañarse, es sospechoso el impulso que quiere dar el gobierno al dinero electrónico -que ya circula en Ecuador desde hace más de un año-

Podría tener consecuencias nefastas en el futuro. El argumento central que han utilizado es la necesidad de "modernizar" los medios de pago que circulan en la economía, agregando consideraciones más peregrinas como la de evitar robos en la calle o eliminar los grandes costos de traer los dólares de la Reserva Federal norteamericana al país.

Pero hay que aclararlo de una vez: para todo eso no hacía falta lo que han creado. 

El camino escogido es el equivocado. El esquema actual, comandado por un Banco Central administrador de "billeteras electrónicas", es una locura que podría derivar en algo tan sensible como la emisión inorgánica de dinero. Es decir, en la emisión de dinero sin sustento de ninguna clase.

La modernización es necesaria, es cierto. Pero el camino es otro. Sino veamos lo que sucede en el centro financiero más potente y avanzado del mundo: Londres. 

Aquí, en la mayoría de transacciones ya no se utilizan billetes ni monedas y con una tarjeta de débito se puede pagar desde un pan hasta un automóvil. 

Las máquinas que procesan estos pagos están en cada tienda y café y las tarjetas incluso se usan como boletos en el transporte público. En menor medida también se usan celulares Iphone mediante el sistema de pago de Apple.

¿Eso es una verdadera modernización de los medios de pago no? ¿A lo que quiere llegar el gobierno?


Pues bien, hay una gran diferencia. Aquí no juega ningún papel el "Banco Central" de Inglaterra. 

El proceso lo maneja cada banco privado con sus tarjetas de débito (a las que tiene fácil acceso cualquier persona mayor de edad) y la posibilidad de usarlas depende del dinero que se tenga en la cuenta. Así de simple. Dinero por dinero, en una relación entre banco y cliente. 

Haber metido al Banco Central en la ecuación más parece un intento de crear una moneda virtual paralela que por suerte no ha cuajado todavía. Hay que estar atentos y no perder de vista a éste "bitcoin" criollo.

*Artículo publicado en el Diario El Heraldo (domingo 10 de abril del 2016).