Falacias sobre el dinero electrónico
No hay que
engañarse, es sospechoso el impulso que quiere dar el gobierno al dinero
electrónico -que ya
circula en Ecuador desde hace más de un año-.
Podría tener consecuencias nefastas en
el futuro. El argumento central que han utilizado es la necesidad de
"modernizar" los medios de pago que circulan en la economía,
agregando consideraciones más peregrinas como la de evitar robos en la calle o
eliminar los grandes costos de traer los dólares de la Reserva Federal
norteamericana al país.
Pero hay que
aclararlo de una vez: para todo eso no hacía falta lo que han creado.
El camino
escogido es el equivocado. El esquema actual, comandado por un Banco Central administrador
de "billeteras electrónicas", es una locura que podría derivar en
algo tan sensible como la emisión inorgánica de dinero. Es decir, en la emisión
de dinero sin sustento de ninguna clase.
La modernización
es necesaria, es cierto. Pero el camino es otro. Sino veamos lo que sucede en
el centro financiero más potente y avanzado del mundo: Londres.
Aquí, en la
mayoría de transacciones ya no se utilizan billetes ni monedas y con una
tarjeta de débito se puede pagar desde un pan hasta un automóvil.
Las máquinas
que procesan estos pagos están en cada tienda y café y las tarjetas incluso se
usan como boletos en el transporte público. En menor medida también se usan
celulares Iphone mediante el sistema
de pago de Apple.
¿Eso es una
verdadera modernización de los medios de pago no? ¿A lo que quiere llegar el
gobierno?
Pues bien, hay
una gran diferencia. Aquí no juega ningún papel el "Banco Central" de
Inglaterra.
El proceso lo maneja cada banco privado con sus tarjetas de débito
(a las que tiene fácil acceso cualquier persona mayor de edad) y la posibilidad
de usarlas depende del dinero que se tenga en la cuenta. Así de simple. Dinero
por dinero, en una relación entre banco y cliente.
Haber metido al Banco
Central en la ecuación más parece un intento de crear una moneda virtual
paralela que por suerte no ha cuajado todavía. Hay que estar atentos y no perder
de vista a éste "bitcoin"
criollo.
*Artículo publicado en el Diario El Heraldo (domingo 10 de abril del 2016).