De Roma a Petroecuador
El declive del
Imperio Romano no se dio únicamente por el famoso "pan y circo",
aquella etapa de espectáculo y populismo que destruyó la estructura productiva
del imperio y liquidó a las provincias en beneficio de la grandiosa Roma.
El
declive se dio, fundamentalmente, por la corrupción. La incesante corrupción
que atacó desde un principio y que nunca pudo extirparse completamente.
Los romanos
intentaron de todo. La Ley Calpurnia del 149 a.C., los tribunales permanentes
de juzgamiento a la corrupción llamados quaestiones perpetuaes, la Ley Acilia,
Sempronia, Cornelia, Iulia, en fin, un sinnúmero de cuerpos legales y
directrices que no eliminaron el problema ni lo cortaron de raíz.
Se llegó al
punto de imponer multas desorbitantes a los corruptos y de desterrarlos. Sin embargo,
nada paró lo inevitable: la corrupción se devoró Roma.
Lo mismo pasa y seguirá
pasando con la corrupción y Alianza País, quien sabe torciendo el apoyo popular
que mantiene hasta ahora y que todavía le da probabilidades de zanjar la elección
en una sola vuelta. Porque lo de Petroecuador continuará. La telaraña es demasiado
compleja y los involucrados son muchos.
A favor del
gobierno juega el hecho de que el periodismo de investigación esté hoy todavía
golpeado, disminuido y asustado, a diferencia de lo que sucedió en el ocaso de
CFK en Argentina con Lanata y su programa Periodismo Para Todos. Pero poco a
poco se reanimará. Ya se siente.
cc) Artículo publicado en el Diario El Heraldo (domingo 14 de noviembre del 2016).