Los chagras revolucionarios

Los chagras revolucionarios…así llamó el presidente Correa en la última sabatina a sus economistas encargados de la economía del país (y yo que pensé que él era el único que manejaba todo). Les hizo responsables del “milagro” ecuatoriano de estos años. Y, lo más curioso, les comparó con los “Chicago Boys”, pilares del despunte económico chileno. 

Dijo que si ellos tuvieron a los chicagos, acá tenemos a los chagras. Lo hizo con un inconfundible orgullo de padre. Al respecto hay que hacer tres precisiones. La primera, lo de Chile sí fue un milagro. La segunda, el milagro se dio porque esos economistas tenían nociones liberales, de economía neoclásica. Y, la tercera, esos economistas no eran discípulos económicos del presidente chileno de ese entonces, Augusto Pinochet. Lo que pasa aquí es diametralmente diferente.

El milagro económico que algunos creen que se está dando en el Ecuador no es más que un endeudamiento masivo del Estado, con altas dosis de gasto público y sin ninguna liberalización de la economía. Eso, señores, no es milagro. Es forzar la máquina, destruir el motor y terminar endeudado. ¿No me creen? Según los datos del BCE, a noviembre del 2013, la deuda pública total ascendió a 22.485 millones de dólares. Sumen a eso la venta anticipada de petróleo a China y la nula inversión extranjera y el resultado no es nada alentador, peor milagroso.

Eso no sucedió en el Chile de los Chicago Boys. Con ellos empezó la inversión extranjera que hizo despegar al país. Eso le ha permitido a Chile ser el país de primer nivel que es ahora. Ahí no apagaron el motor del sector privado sino que lo potenciaron. Hasta hoy la izquierda respeta ese modelo (eso sí un verdadero milagro).

La otra precisión: los chicagos triunfaron porque tenían formación económica liberal y neoclásica. A pesar de ser monetaristas (tal vez su único pecadillo) tenían la película clara. Sabían cómo prender el motor privado. Los chagras, en cambio, tienen formación económica keynesiana, por lo que sus ideas difícilmente tendrán éxito en el largo tiempo. Para los que no lo saben, los keynesianos creen que el gasto público es la panacea de todos los problemas y que tiene un efecto multiplicador en la economía. Desestiman el ahorro y se comen lo que hay y lo que no hay.

Por último, aunque Pinochet no sabía de economía, encargó la de Chile a unos tipos que sí sabían. Correa, a pesar de ser economista, la entiende mal y la ha encargado a tipos que tampoco la entienden bien.

©Artículo publicado en el Diario El Heraldo (martes 7 de enero de 2014)
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