Mejor entretenimiento
“La audiencia ha hablado. La gente quiere historias ¡Se
mueren por ellas! Nos aúpan a que les demos cosas buenas. Y van a hablar sobre
ello…van a llevarlo en el bus y a donde la peluquera. La audiencia quiere el
control. Quiere libertad”. Así describía el gran Kevin Spacey, oscarizado actor
y protagonista de la majestuosa serie “House of Cards”, el fenómeno de la
televisión o, de lo que se podría llamar actualmente, de la producción audiovisual
no cinematográfica.
Es que la tecnología ha cambiado el modelo de negocio de la
televisión así como ya cambió el negocio musical y el literario. Y Spacey
describe perfectamente el éxito que su serie (reproducida a través de la
plataforma de streaming, Netflix) tuvo frente a otras: dar a las personas lo
que quieren, cuando lo quieren, en lo forma que quieren y a un precio razonable.
Así, es más probable que lo compren y que no lo roben.
Y, déjeme decirle, el contenido que se está generando
actualmente es verdaderamente impecable. Ya sea a través de la televisión
pagada o de las plataformas de streaming como Netflix, las producciones para la
pantalla chica reúnen a los mejores directores, actores y guionistas del mundo.
Bastan ejemplos como la propia “House of Cards”, como “Breaking Bad” o
“Sherlock Holmes” para entender que hay un contenido privilegiado capaz de
entretener nuestro ocio al más alto nivel.
La producción nacional es importante también pero, por su
estructura y limitados recursos, no logra generar contenidos que compitan con
esa magnitud y difícilmente lo logrará en el futuro. Imagínese series como la
magnífica y tenebrosa “True Detective”, producida por HBO este año, que fichó
para su rol principal, nada más y nada menos, que al último ganador del Oscar, Matthew
McConaughey.
Las buenas historias que necesitamos todos, a un precio
razonable y en la televisión, la computadora y el celular. Así como los libros
digitales, las canciones por descarga y hasta las óperas transmitidas por
computadora: la tecnología ha cambiado nuestra forma de entretenernos.
©Artículo publicado en el Diario El Heraldo (martes 7 de
octubre del 2014)