¿Cómo les botan?
¿Cuántos meses
más tenemos que levantarnos y ver que la situación venezolana no se soluciona? Que
no parecen haber salidas y que a pesar de lo que se haga y lo que se diga no
hay forma de botar a los delincuentes que se han tomado el poder. ¿Cuánto más,
me pregunto?
Esta debe ser una
lección para millennials sobre cómo nace, cómo crece y cómo se sostiene una
dictadura en pleno siglo XXI. No es la cubana -que ya la vemos lejana-, no es una
africana -que no nos importa tanto- ni la norcoreana que parece una caricatura.
La venezolana es una dictadura actual, construida cuando los jóvenes de hoy ya
teníamos algo de memoria, que tomó un país con problemas -como todos- para
luego dejarlo quebrado, empobrecido, saqueado y contaminado .
Es una dictadura
que se dio el gusto de robar una elección presidencial el 2013 y que hoy se
niega a dar paso a un referéndum. Que se limpia la retaguardia con cualquier
ley, con cualquier constitución y con cualquier orden internacional.
Que encarcela
a quien le da la gana y que, incluso con esas características, se da el lujo de
tener la simpatía de otros gobiernos corruptos como el ecuatoriano.
Aquí hay
lecciones gratuitas para millennials para las que no hacen falta libros ni profesores.
Está claro que dejar avanzar en el tiempo a poderes oscuros y putrefactos que
corrompen a sus entornos tiene consecuencias nefastas que difícilmente pueden
ser revertidas en el futuro.
Y que, no importa que exista Twitter, Facebook, OEAs
o cortes internacionales, el poder real sigue estando donde siempre estuvo: en
las armas y en los ejércitos.
cc) Artículo publicado en el Diario El Heraldo (domingo 13 de junio del 2016)