Cuando ya sólo queda la calle
Era previsible la
decisión de la Mesa de la Unidad Democrática venezolana (MUD) de poner fin, de
una vez por todas, a la extensa paciencia que le han tenido a Nicolás Maduro.
La consigna hoy es "restituir la democracia", cueste lo que cueste.
Presionando lo que haya que presionar. Y, en última instancia, agitando la
calle hasta que explote.
¿Qué más pueden
hacer los venezolanos? Maduro burló el último recurso que le quedaba al país
para restituir en algo la institucionalidad del país. La suspensión del
referéndum revocatorio al presidente, previsto en la Constitución y plenamente
vigente en estos momentos, fue ejecutada ilegalmente por el Consejo Nacional
Electoral (CNE).
Ésta dependencia
presidencial frenó el proceso de
recolección del veinte por ciento del padrón electoral que permitía activar el
referéndum revocatorio. Dejó a los ciudadanos sin la posibilidad de sacar del
poder a un tipo que los ha sumido en la pobreza, en la inseguridad y que ha
rifado el país al narcotráfico y al terrorismo. Jugó, además, a que los tiempos
cambien y a que el rechazo al gobierno baje un poco, lo cual resulta
improbable.
Es claro que no
queda más que la protesta en la calle, y no únicamente pacífica. Los líderes de
la MUD, conscientes todos en que ya ninguna puerta legal queda abierta para
sacar a Maduro, han dado el paso más firme para recuperar su país. Desde
Ecuador los apoyamos y los alentamos. Que se acabe de una vez esa pesadilla.
cc)Artículo publicado en el Diario El Heraldo (domingo 22 de octubre del 2016)