Tragicomedia penal ecuatoriana

El domingo pasado se aprobaron tres libros del nuevo Código Orgánico Integral Penal ecuatoriano (COIP): preliminar, primero y segundo. Falta el tercero que estoy seguro se aprobará en los próximos días. 
Así, el país tendrá el nuevo texto de un código que regula algo esencial en un Estado: su poder punitivo. Y claro, a usted esto debería importarle, no sólo por el contenido de ese poderoso texto sino por la forma como fue aprobado.

Primero, debería importarle porque en el mismo se han establecido nuevos delitos que sancionan tanto a personas naturales como a personas jurídicas. Así que si usted tiene una empresa o algo parecido que tenga personalidad jurídica póngale un ojo al COIP. No se confíe. Aquí han decidido sancionarlas (y sancionarle a usted) por más delitos que los contemplados por la doctrina internacional. Se han extralimitado. Además, los tipos penales son muy abiertos y no es difícil que usted sea presa fácil de la subjetividad judicial. Imagínese que sólo con la divulgación de noticias falsas en el orden financiero o económico (o que el juzgador considere falsas) usted puede ser sancionado con la privación de su libertad desde cinco hasta diez años. Si pensaba seguir una carrera como analista financiero le sugiero que estudie otra cosa. 

No se olvide, adicionalmente, que ahora muchos sospechosos podrán alegar que no conocían el delito que cometieron (error de tipo) y no ser sancionados. Y otros podrán alegar que no comprendieron por qué su conducta era ilícita (error de prohibición) y tampoco tener sanción. Hay un sinnúmero de temas que le deberían importar, lamentablemente es imposible abordarlos a todos.

Lo otro que debería importarle es la forma como fue aprobado ese texto. Le dirán que tuvo más de dos años en la Asamblea Nacional, que existió un amplio debate y que se escucharon a muchas personas, inclusive a voces contrarias al régimen. Y no le mentirán porque eso es cierto. Sin embargo, la pregunta va más allá ¿fue suficiente ese tiempo para un texto de tales magnitudes? ¿Se lo tramitó con la importancia que requiere un Código Penal? 
Le puedo asegurar que no. Los nuevos asambleístas tuvieron 10 minutos para referirse al Código en el Pleno (algunos 20 min). Momentos antes de la sesión donde fue aprobado se mandó un nuevo texto. Y, justo antes de la votación, nuevos cambios se hacían en el Pleno en minga oficialista. Sume a eso la callejera vestimenta que muchos asambleístas decidieron lucir por ser domingo y el resultado será una insólita tragicomedia. La más penal de todas.

©Artículo publicado en el Diario El Heraldo (15-10-2013)
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