El imperio de la moda
La industria de la moda tiene hoy un rey indiscutible: Amancio Ortega.
Su empresa, Inditex, que engloba a Zara, Bershka, Massimo Dutti, Pull and Bear,
Oysho, Uterqüe, Stradivarius viste hoy a más individuos que cualquier otra casa
textil.
Hace casi 50 años, Ortega y su fallecida esposa empezaron vendiendo batas en Coruña y fundaron un imperio que hoy genera más de 14.000 millones de dólares al año y que, incluso luego de internacionalizarse, mantiene sus oficinas en Arteixo, en la región de Galicia, España.
Hace casi 50 años, Ortega y su fallecida esposa empezaron vendiendo batas en Coruña y fundaron un imperio que hoy genera más de 14.000 millones de dólares al año y que, incluso luego de internacionalizarse, mantiene sus oficinas en Arteixo, en la región de Galicia, España.
Hace pocos días visité las fábricas y el centro de operaciones desde
donde se crean, producen y distribuyen las prendas que dos veces por semana
llegan a las 6.300 tiendas que Inditex tiene en el mundo y confieso que el
asombro todavía no se me ha ido.
Zara depende de su gran cerebro en Arteixo. A diferencia de otras
empresas que utilizan como eslogan el "escuchar al cliente", Inditex
lo ha constituido su ADN. La compañía se nutre de la información que recibe de
cada una de sus tiendas, descubre lo que el mercado demanda y se anticipa a las
tendencias. Si en la tienda de Málaga o en la de Tokio las camisas verdes son
un éxito, Zara lo sabe y actúa con rápidez para alimentar esa demanda. Y tanto
los malagueños como los tokiotas reciben camisas verdes hasta que se
cansen.
Zara transforma 89 millones de metros de tela en 1000 millones de
prendas cada año. Produce aproximadamente 35.000 por hora y puede crear nuevas colecciones
en pocas semanas. Delega a empresas extranjeras la fabricación de ropa que
constituye el armario básico de la firma, sin embargo, todo lo demás se produce
en Arteixo, lugar al que todavía acude el fundador a supervisar la
producción.
De aspecto minimalista y con una plantilla de jóvenes diseñadores dotados de autonomía creativa, en las oficinas se respira dinamismo, rapidez y modernidad. El despliegue de nuevas y frescas prendas se combina con un serio control comercial que mantiene los precios asequibles para el gran público. Asimismo, el sistema de distribución potencia la reacción de la empresa: Inditex distribuye a las tiendas globales sin retraso y con precisión de reloj suizo. Ahora, casi el 75% de sus ingresos provienen de sus tiendas internacionales y solo el 25% restante de España.
De aspecto minimalista y con una plantilla de jóvenes diseñadores dotados de autonomía creativa, en las oficinas se respira dinamismo, rapidez y modernidad. El despliegue de nuevas y frescas prendas se combina con un serio control comercial que mantiene los precios asequibles para el gran público. Asimismo, el sistema de distribución potencia la reacción de la empresa: Inditex distribuye a las tiendas globales sin retraso y con precisión de reloj suizo. Ahora, casi el 75% de sus ingresos provienen de sus tiendas internacionales y solo el 25% restante de España.