Nuevos y raros derechos
En Ecuador soplan vientos de
reformas constitucionales y, una vez más, cambiaremos (o cambiará la mayoría gobiernista, vale la aclaración) un texto constitucional que no resistió seis
años y que nunca iba a sobrevivir los trescientos que le auguraron sus
parteros.
Sin embargo, hoy no pretendo objetar lo que motiva esas reformas
sino, precisamente, recordar la volatilidad que tienen las leyes y la constante
evolución que sufre el derecho y claro, los nuevos derechos (si se los puede
llamar así) que aparecen con el internet y las redes sociales.
Uno nuevo que llama la atención
es el “derecho al olvido” que tienen los individuos frente a los buscadores
como Google o Yahoo. Al menos en Europa y en Argentina, hoy usted puede pedir
que se borren datos sobre su pasado que le causen daño y que tengan algún impacto
en medios de comunicación. En Europa la obligación para los buscadores nació de
un reciente fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y, en pocos
meses, Google recibió alrededor de 70.000 pedidos de ciudadanos que solicitaron
la eliminación de entradas que les perjudican y que se encuentran contenidas,
en su mayoría, en noticias informativas. ¿Colisión con el derecho a la libertad
de expresión? El debate continúa.
Otro novísimo derecho que apareció
en el espectro legal es el de la privacidad de las conversaciones en redes
sociales. La Corte Suprema argentina ya condenó a un hombre por revisar chats ajenos
en redes sociales sin el permiso de su exesposa. ¡La cura para parejas celosas!-pensarán
aliviados unos cuantos-. Lo cierto es que la complejidad informática alimenta
nuevas formas de regulación. ¿Qué derecho podrá surgir, por ejemplo, de la
manipulación de 700.000 perfiles que hizo Facebook para verificar el cambio de
ánimo de los usuarios cuando en su página principal aparecían únicamente
noticias negativas?
No soy partidario de que estos
nuevos derechos se cincelen en una constitución. Si aparecen, prefiero que sea
a través de la jurisprudencia que, en última instancia permite la contradicción
con opiniones diferenciadas.
©Artículo publicado en el Diario
El Heraldo (martes 8 de julio del 2014)