Desobedecer la ley

"Si una ley es injusta, un hombre no solo hace bien desobedeciéndola, sino que está obligado a ello" decía el tercer presidente de los Estados Unidos, Thomas Jefferson. 

Jefferson, férreo defensor de la libertad individual y padre fundador de una nación que, en su momento, alumbró al mundo con revolucionarias ideas de justicia y limitación del poder público, sabía que una ley podía ser injusta. 

Entendía que las leyes, lejos de ser prolongaciones de la sabia y noble intensión de un legislador, podían ser el producto de viles intereses, muchos incluso vengativos y hasta denigrantes del ser humano. ¡Y vaya que la nación norteamericana y sus leyes perdieron esos pilares liberales hace tiempo!

Hace pocos días, la frase del extinto expresidente reapareció con fuerza, nada más y nada menos, que en nuestro país. Las redes sociales, en un espontáneo grito de apoyo al presentador Alfonso Espinosa de los Monteros, se acordaron de ella cuando el periodista y su canal se negaron a cumplir con una disposición de la todopoderosa Secretaria Nacional de Comunicación. Esta entidad, que interrumpe cada día y sin necesidad todos los medios de comunicación mediante obligatorias cadenas “informativas”, perdió los límites y pretendió ofender, por su edad, a un respetado periodista con cuarenta y cinco años de trayectoria en televisión. 

#DonAlfonso (hashtag que fue tendencia en twitter por días) se plantó firme y una multitud lo respaldó. No se quedó solo. Su valentía le mostró a muchos que una ley injusta sí puede ser incumplida cuando la paciencia se agota y la dignidad reclama su lugar en el olvidado espíritu del individuo. Además, mostró que el abusador puede recular cuando entiende su injusticia. El CORDICOM, con acierto y oportunidad, reconoció el error y recomendó que se suspendiera la ofensiva cadena lo cual motivó, inclusive, una disculpa del propio secretario de la SECOM. ¿Vendrán -a raíz de esto-, tiempos de mesura, sobriedad y respeto al que piensa distinto? Yo no cantaría victoria tan rápido...


©Artículo publicado en el Diario El Heraldo (martes 5 de agosto del 2014)
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