Piensen en los pequeños
La nueva y mal llamada “Ley Orgánica para la Justicia
Laboral y Reconocimiento del Trabajo en el
Hogar” no pudo haber llegado en un
peor momento económico y político. Llega justo cuando el Estado ecuatoriano enfrenta grandes problemas de liquidez y cuando lo que más se requiere es la generación de empleo por parte del sector privado.
En pocas palabras, cuando se necesita que alguien auxilie, de urgencia, un aparato estatal que ya no da más.
Además, lejos de la abundante propaganda y mercadotecnia con
la que la han promocionado, la expedición de esta ley tiene un carácter
revanchista más que transformador.
Es la consecuencia forzada de un primer
intento fallido por reformar el ámbito laboral que recibió amplio rechazo ciudadano
incluso antes de que pudiera convertirse en ley. Pero ya sabemos que aquí se
insiste y se manda, lejos de cualquier consideración técnica.
¿A quién en su sano juicio se le ocurre, por ejemplo, eliminar
el elemental contrato a plazo fijo?
Cuando lo que más se necesita es una
flexibilización en la contratación (que beneficie a jóvenes con necesidad de
trabajar y a nuevos emprendedores que requieren contratar) aquí se le aplica
una rigidez única.
¿O limitar la distribución de utilidades que percibe un
trabajador para que el exceso sea confiscado por el IESS?
Es que, en vez de
entregarlas a la propia compañía para que mejore sueldos y sea competitiva en
el mercado (lo que sería lógico y justo) todo lo que exceda de 24 Salarios
Básicos Unificados ahora irá al “régimen de prestaciones solidarias de la
Seguridad Social”.
Cada vez nos quedan menos dudas de que aquí se hacen leyes
pensando sólo en grandes empresas y olvidando de forma infame a los que recién
empiezan y a aquellos individuos que quieren insertarse en el mercado laboral
formal.
Parecería que en la mira de quienes proponen éstas cosas sólo están
Claro, Movistar, Supermaxi (porque hasta han limitado los sueldos de sus
gerentes) y nunca los más pequeños, a los que le pesa un Estado tan controlador
y que sufren las dificultades de emprender en éste país. Lamentable.
©Artículo publicado en el Diario El Heraldo (domingo 3 de
mayo del 2015)