Trump lo está haciendo bien


Quien piense que Donald Trump está haciendo una mala campaña electoral está equivocado. No sólo está haciendo una buena, sino una muy buena. 

Es cierto, sus declaraciones sobre los latinos fueron exageradas, desafortunadas y ya ha logrado que las condene medio mundo, pero eso no afecta sus aspiraciones de puntuar bien en las elecciones primarias republicanas. 

De hecho, está muy bien: segundo en todas las preferencias de voto y pisándole los talones a Jeb Bush, el gran favorito.

Pero, ¿por qué sucede todo esto? ¿cómo alguien que habló tan mal de un importante electorado puede seguir en la carrera—y puntuando arriba? Esto tiene dos posibles respuestas: alto conocimiento y discurso efectivo.

En primer lugar, Trump es una celebridad de la televisión norteamericana. Su programa, “El Aprendiz”, es visto por millones de televidentes cada semana. 

Más que por ser un tradicional magnate de los bienes raíces, el ciudadano promedio de Estados Unidos lo conoce por estar en su televisión recurrentemente y ya es, en estos momentos, el más popular de los candidatos (republicanos y demócratas) en redes sociales. 

Eso le da una ventaja gigantesca frente a otros en las primarias: la gente tiende a votar por alguien que conoce.

En segundo lugar, su duro discurso —marcado además por una curiosa franqueza— tal vez no sea el mejor en un entorno nacional pero, para las primarias republicanas, es efectivo. 

Cala, lamentablemente, en el sentimiento conservador norteamericano. Cualquiera que vio la Conferencia Conservadora de Acción Política 2015 (CPAC en inglés), que presenta varios discursos de las cabezas republicanas, entenderá lo que digo. 

Allí se expresó, precisamente, lo que Trump dice ahora: freno a la inmigración ilegal, regreso a la grandeza militar y económica de los EEUU, etc. A un moderado como Jeb Bush, por ejemplo, le costó mucho conectar con el público.

Que tan sintonizado estará Trump con los que le podrán votar que hasta otros contendores latinos como Ted Cruz o Marco Rubio le han dado la razón. La única interrogrante es cuánto tiempo aguantará “el Donald” en ese puesto.

Artículo publicado en el Diario El Heraldo (domingo 5 de junio de 2015)
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