Idiotizados por la ley
Tiesos en decidir o recetar algo que creen correcto
y mandando a realizar todos los exámenes posibles (a costo del paciente) para
que no hayan cabos sueltos o dudas en su proceder.
Ahora imaginen
otro, el de un profesor en un aula de clases de colegio, parado frente a los
estudiantes tratando de calmar a unos revoltosos impúberes indisciplinados que no
permiten continuar la lección y que hacen perder el tiempo a todos los demás.
Actuando
con temor y mucho tino, evitando estallar en iras por el agravio que le causan en
sus narices los malcriados jovencitos.
P. Howard |
Estos ejemplos y
muchos más que usted se dará cuenta tienen algo común: la parálisis causada por
la sobre regulación de nuestras actividades cotidianas, o lo que el abogado
norteamericano Philip Howard llama la "fórmula perfecta para la
parálisis" por las millonarias demandas que se dan.
Sucede en los Estados
Unidos por las absurdas regulaciones en materia civil de daños en donde las
personas, según Howard, están actuando como idiotas por ello.
Allí uno
encuentra médicos que en en vez de interactuar profesionalmente con sus
pacientes se ven forzados a hablar lo menos posible y a enviar al paciente a
que le vean otros cien doctores; profesores que callan y gastan casi el 50% de
las horas de clase intentando mantener el orden sin gritar a los estudiantes porque
si lo hacen de una manera tajante podrían ser objeto de una demanda (en EEUU el
78% ha sido amenazado con un juicio alguna vez).
O tazas de café que dicen
"está caliente" en sus etiquetas o señuelos de pesca de tres ganchos que
dicen "peligroso si se ingiere".
Sin ir más lejos,
ya en el Ecuador podríamos incorporar a los periodistas a este selecto grupo:
la mayoría autocensurados porque saben que una frase rara puede generarle una
sanción económica al medio donde trabajan.
Eso es lo que
causa la sobre legalización de la vida cotidiana, con un nuevo mal precedente
jurídico en nuestro país: las millonarias indemnizaciones judiciales por daños a
varios funcionarios públicos durante estos últimos años.
Artículo publicado en el Diario El Heraldo (domingo 23 de agosto de 2015)