WhatsApp para biógrafos
Hay un recurso
vital en el trabajo de historiadores y biógrafos: la correspondencia personal
de sus sujetos investigados.
Es que quizás la forma cómo éstos se comunicaron,
cómo lo hicieron y qué detalles incluyeron son más importantes que cualquier
otro medio para entender y comprender a un individuo.
Revise usted
cualquier biografía y encontrará detalles e incluso fotos de cartas escritas
por personalidades, desde la Reina de Inglaterra dando recetas de cocina al
presidente Eisenhower hasta un Fidel Castro de catorce años saludando y
pidiendo un billete de diez dólares al presidente americano Franklin Roosevelt.
Carta de Castro a Roosevelt. |
El problema es que
en estos días hablamos y nos comunicamos sin que quede mucho rastro (y
formalidad) de lo que dijimos. Hoy todo ha cambiado, la carta escrita ha
perdido vigencia y lo electrónico domina nuestro espectro comunicativo.
Además,
salvo que usted sea el FBI y su investigado sea Hillary Clinton, el correo
electrónico no es atractivo como una carta redactada con puño y letra.
Me
atrevo a decir -aunque suene troglodita y anticuado- que en cierta medida hemos
deformado nuestra forma de comunicación.
Carta de la Reina Isabel con recetas de cocina. |
Sólo póngase en
los zapatos de un biógrafo en pleno siglo XXI. Usted es el investigado y el perdido
historiador encargado de escribir sobre usted quiere conocerlo a fondo a través
de sus más íntimas notas.
Se trata de un experto en la materia que ha
conseguido acceso directo a todas sus pertenencias para evaluarlas y construir
su investigación. Sin embargo, y para su asombro, no encuentra más que dos
cartas redactadas a mano cuando usted estaba en la primaria.
Lo que si
encuentra es su celular con abundantes ese-eme-eses y chats de WhatsApp. Eso es
todo. No hay más.
Se comunicaba con su familia y con sus amigos con poco cuidado por la ortografía y prefiriendo las letras a las palabras completas. Era un maestro en el uso de la 'k', del 'Ok' y de la 'x' y nunca dejaba sin responder un mensaje: el doble visto azul no era parte de su caché caballeresco."
Artículo publicado en el Diario El Heraldo (domingo 4 de octubre de 2015)