Robots
Los robots son
cada vez una realidad que se acerca a nuestra vida cotidiana. Ya no serán solo
máquinas que vemos en grandes fábricas o en compañías tecnológicas sino que
pasarán a ser tan normales como los smartphones.
Hoy uno puede
crear y configurar su propio robot para responder las dudas de sus clientes en
Facebook. "Chatbots", se llaman. Dialogan con una persona como si
fueran el mismísimo dueño del negocio.
En varios autos Tesla que circulan por
el mundo hay robots que pueden manejar el auto sin que su ocupante humano haga
algo.
Son robots lo que
hoy hacen transacciones a una velocidad increíble en las Bolsas de Valores. En
China, por ejemplo, son robots a través de drones los que controlan la
contaminación aérea de las ciudades y los que han llegado a descontaminar la
terrible Dongguan.
De hecho, China está
creando las fábricas del futuro y compra un tercio de todos los robots que se
hacen en el mundo. Sólo en agosto adquirió 90.000 como parte de su plan
gubernamental "Hecho en China 2025" y sigue construyendo más.
Tiene
las dos supercomputadoras más rápidas y apuesta con fuerza a la Inteligencia
Artificial (IA) ya que tiene ingenieros en software por montones y los datos de
millones de ciudadanos a su disposición.
Pero no todo es
feliz en este campo y hay recelo sobre lo que podría pasar si esto se sale de
control. Es conocida la rencilla entre dos capos de la tecnología, Elon Musk y
Mark Zuckerberg, sobre los peligros de los robots y la IA, por ejemplo. El
primero en contra y el segundo a favor.
Hace poco, además,
116 fundadores de empresas de robótica e IA firmaron una petición para que se
prohíban robots asesinos en ejércitos y seguridad estatal. "Solo a humanos
debe permitírseles matar a humanos", decían.
Esa será una de las
discusiones del futuro: ¿qué hacer con los robots?
Artículo publicado en el Diario El Heraldo (domingo 3 de septiembre del 2017)